La masonería es una institución esencialmente filosófica, filantrópica y progresista.
Es Filosófica porque orienta al hombre hacia la investigación racional de las leyes de la Naturaleza; invita al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación geométrica hacia la abstracción metafísica; busca la reflexión filosófica, la penetración del sentido espiritual del movimiento de la Historia; contempla en cada tiempo histórico las nuevas inspiraciones doctrinarias y asimila, de cada sistema filosófico, lo que pueda significar el aporte al patrimonio de la Verdad abstracta, más allá del tiempo y del espacio.
Es Filantrópica porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase.
Sus esfuerzos y sus recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, razas, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y a la tranquilidad de las conciencias. "Toda la especie humana es una sola familia dispersa sobre la faz de la tierra; todos los pueblos son hermanos, y deben amarse unos a otros como tales. "¡Desdichados los impíos que buscan una gloria cruel en la sangre de su hermano!" (Ramsey, 1725).
Es Progresista porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de conciencia. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la Verdad, desechando el fanatismo y abordando sin prejuicios todas las nuevas aportaciones de la invención humana. Estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes, sin poner obstáculo alguno en la investigación de la Verdad.
He aquí algunas de las máximas del código de moral masónico:
Quiere a todos los hombres como si fueran tus propios hermanos.
Estima a los buenos, ama a los débiles, huye de los malos, pero no odies a nadie.
No adules a tu hermano, porque es una traición; si tu hermano te adula, teme que te corrompa. Escucha siempre la voz de tu conciencia. Evita las querellas, prevé los insultos, procura que la razón quede siempre de tu lado.
Lee y aprovecha, ve e imita; reflexiona y trabaja, ocúpate siempre en el bien de tus hermanos y trabajarás para ti mismo. Sé entre los profanos libre sin licencia, grande sin orgullo, humilde sin bajeza y entre los hermanos, firme sin ser tenaz, severo sin ser inflexible y sumiso sin ser servil. Habla moderadamente con los grandes, prudentemente con tus iguales, sinceramente con tus amigos, dulcemente con los pequeños y eternamente con los pobres.
No seas ligero en airarte, porque la ira reposa en el seno del necio. El corazón de los sabios está donde se practica la virtud, y el corazón de los necios, donde se festeja la vanidad. Justo y valeroso defenderás al oprimido, protegerás la inocencia, sin reparar en nada de los servicios que prestares. Exacto apreciador de los hombres y de las cosas, no atenderás más que al mérito personal, sean cuales fueren el rango, el estado y la fortuna.
Son sus principios: La Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, y su Lema: Ciencia, Justicia y Trabajo. Se propone la investigación de la verdad para la perfección del individuo y el progreso de la humanidad.
Considera que la moral es tanto un arte racional como un fenómeno evolutivo propio de la vida colectiva, la cual obedece a las más profundas leyes naturales. Reconoce al Gran Arquitecto del Universo como símbolo de las supremas aspiraciones e inquietudes de los hombres que anhelan captar la esencia, el principio y la causa de todas las cosas. Para el esclarecimiento de la verdad, no reconoce otro límite que el de la razón humana basada en la ciencia.
Exige de sus adeptos la más amplia tolerancia y por ello respeta las opiniones políticas y las creencias religiosas de todos los hombres. Reconoce que todas las comuniones religiosas y políticas merecen igual respeto y rechaza toda pretensión de otorgar situaciones de privilegio a ninguna de ellas en particular.
La moral de la Masonería no está directamente ligada a ningún sistema filosófico ni credo religioso. Se encuentra constituida por el fondo común de preceptos universales que enseñan al hombre a ser mejor y a amar a sus semejantes. La Masonería busca la solidaridad de los valores intelectuales, éticos y estéticos para lograr la consistencia armónica de la conducta.
La Masonería entiende por virtud la capacidad de hacer el bien en su más amplio sentido, mediante el cumplimiento de nuestros deberes para con la sociedad y la familia sin egoísmo ni vanidad. La Masonería enseña a practicar la virtud como calidad suprema de la moral y como lealtad de la conducta para el ideal, porque sabe que el hombre no es inaccesible a las tentaciones y debilidades; pero el permanente esfuerzo del espíritu se convierte en eficaz baluarte de la virtud.
¿Es la Masonería una Religión?
La Masonería no está afiliada ni puede afiliarse a ninguna religión determinada.
Elevándose sobre toda clase de discusiones, ofrece a los amantes de la Verdad el terreno más apropiado para la inteligencia mutua y la unión fraternal. No reconoce en la investigación científica ninguna autoridad superior a la Razón Humana y rechaza, por tanto, las verdades reveladas que aceptan las religiones positivas. Admite en su seno a personas de todos los credos religiosos, sin distinción, siempre que sean tolerantes y respeten todas las opiniones sinceramente profesadas; es decir: exentas de fanatismos, egoísmos y supersticiones.
¿Es Tolerante la Masonería?
La Masonería es eminentemente tolerante y exige de sus miembros la más amplia comprensión. Todos los masones, de cualquier país que sean y cualquiera que sea el rito que profesen, constituyen una sola familia universal, porque la fraternidad Humana es uno de sus principios y la tolerancia el principal de sus deberes.
En la Masonería caben todos los hombres libres y honrados y de buenas costumbres sin distinción de razas, religión, ideas políticas y sociales, profesiones, categorías y posición en el mundo profano.
¿La masonería es una asociación secreta?
La Masonería no es hoy una sociedad secreta en cuanto a la Institución legalmente constituida; las autoridades argentinas le tienen concedida la personería jurídica desde el año 1879, y sus fines son igualmente conocidos por cuanto están enumerados en los Estatutos aprobados por el Gobierno de la Nación y ampliamente difundidos en diccionarios, enciclopedias y publicaciones históricas.
Las inscripciones del Rey Salmanasar I de Asiria (1280-1261 antes de esta Era) ya hacían mención de campañas contra los pueblos que vivían en la región de Uruatri al sur del lago Van. “Al comienzo de mi divina soberanía, los territorios de Uruatri se rebelaron contra mí...” dice Salmanasar I. Esta es la primera mención conocida del pueblo de Urartu y nos indica que durante el siglo XIII antes de esta Era, no estaban centralizados en un reino todavía, sino que vivían en unidades sociales separadas con sus jefes tribales.
El hijo de Salmanasar, Tukulti-Ninurta I (1261-1218 antes de esta Era) también guerreó contra los pueblos de la región de Van, a quienes en su tiempo llamó “pueblos de Nairi”.
Varias oleadas de pueblos indoarios se establecieron en la región de Van. Entre ellos se encontraban parte de los Hititas (arios que emigraron hacia el este, durante el derrumbe de su imperio por incursiones de los llamados pueblos del mar), los Frigios-Mushkis (los Mushkis son una rama de los Frigios, también arios, que habían entrado por los Dardanelos, invadiendo Anatolia y estableciéndose en Van), los Hurritas (del derrumbado reino de Mitanni) y los Urartianos (raza aria guerrera, que penetró en la región de Anatolia, desde Europa). Este último pueblo fue quien se encargó de unificar el reino durante el siglo IX antes de esta Era, ya que hizo pesar su poderío sobre los demás, denominando al reino con el nombre de Urartu.
La conformación del estado se hallaba muy relacionada con la religión. La forma de gobierno del reino de Urartu era una teocracia aristocrática, en la cual el rey era el representante del dios supremo Haldi en la tierra y máxima autoridad. Desde el año 880 hasta el 590 (antes de esta Era) poseemos una cronología dinástica de 12 reyes. Reinado de Arame (880 - 844 antes de esta Era) El fundador del reino de Urartu es el rey “Arame”, también llamado “Aramu” o “Aramun”. Este monarca reúne bajo su dominación los principados del Nairi. Se lo considera el unificador de los principados que dan nacimiento al reino de Urartu, y es por esto que por primera vez aparece mencionado el monarca como “Rey de Reyes” (Enili/Erilame).
Arame marcó una impresión tan fuerte en los destinos del país que su nombre siguió siendo recordado en la Armenia histórica. El historiador Movses de Joren (primer historiador armenio, reconocido en Occidente), lo considera como el patriarca del pueblo armenio
En el mundo antiguo la religión se hallaba integrada a todos los aspectos y áreas de la vida de los pueblos. En el reino de Urartu la conformación del estado se hallaba íntimamente relacionada con la religión, ya que ésta era una teocracia aristocrática, en la cual el rey era el representante del dios supremo Haldi en la tierra y máxima autoridad política y religiosa. Los urartianos, además de valerosos guerreros, eran sumamente espirituales.
Todo lo referente a la vida socio-cultural se encontraba netamente regido por su religión.
Era una religión claramente patriarcal, en la misma, el dios supremo era Haldi o Khaldi, padre y rey de todos los demás dioses, creador del cielo y la tierra. Los habitantes de Urartu se consideraban sus hijos (haldios).
La clase sacerdotal era la portadora y guardiana del conocimiento sagrado, desempeñando un rol fundamental en la estructura de poder del reino. Los sacerdotes urartianos, tal como sus pares caldeos, practicaban la astrología y la magia, consideradas ciencias sagradas por los pueblos de la antigüedad. Además de guiar espiritualmente a la nación, desempeñaban las funciones interpretativas en lo relativo a lo religioso, teniendo la última palabra en decisiones o juicios de carácter teológico.
Arquitectura
En el campo de la arquitectura, los urartianos fueron notablemente evolucionados.
Estos grandes arquitectos dotaron sus dominios con fortalezas, ciudades y grandes obras de irrigación, como canales y acueductos. Por elección y necesidad estratégica siempre construyeron cerca de montes y colinas. En la cima de estas colinas construían sus establecimientos, combinando edificios militares, religiosos y comerciales, además de extensas carreteras para traslado y tránsito de carros, carrozas y bestias. Mucho antes que los atenienses los reyes de Urartu desarrollaron la arquitectura clásica utilizada posteriormente en el ¨complejo acrópolis¨, como una entidad que contaba con centros de culto oficial del poder militar y de la actividad cívica; también proveía refugios a las masas en caso de guerras o desastres naturales.
Templos
El plano general de los templos urartianos era rectangular, aunque también se han hallado algunos con forma cuadrada. El interior del santuario consistía en anchas paredes sin ventanas, y en la parte superior del mismo habían inscripciones cuneiformes.
La conexión Urartu-Armenia ha sido discutida durante mucho tiempo por estudiosos, tanto por historiadores, arqueólogos, etnógrafos y armenólogos. Sin embargo, en la actualidad es considerado lógico y adecuado el estudio en forma conjunta de la historia de Urartu y de la antigua Armenia, ya que representan fases sucesivas del desarrollo racial, étnico y cultural de la región.
La inscripción de Behistún ha perpetuado la ecuación Urartu-Armenia para la posteridad. A principios del reinado de Darío el Grande (521-486 antes de esta Era) se produjeron en todo el ámbito del imperio Aqueménida, una serie de insurrecciones contra el poderío persa. Tras el aplastamiento de dichas sublevaciones, Darío ordenó grabar la citada inscripción trilingüe. Allí Armenia aparece mencionada como Armina o Armniya (persa), Urashtu (babilonio) y Harminu (elamita). Podemos observar aquí, que pasados 70 años desde la caída de Urartu, los babilonios seguían denominándolos de la misma manera, mientras que los Elamitas, a mayor distancia de Armenia que los babilonios, los llamaban Harminu. Esto nos conduce forzosamente a concluir que Urartu y Armenia son sinónimos. Simplemente cada pueblo denominó a los armenios con un nombre particular.
La logia Urartu reconoce como libro fundamental el CORPUS HERMÉTICUM, de allí que siempre se encuentra en el altar junto al compás y a la escuadra. Hagamos una somera historia del hermetismo, desde su nacimiento hasta su integración, a diferentes movimientos, citando como los más importantes a los Templarios, los Rosacruces y la Masonería.
Fue en Egipto donde la Tradición Hermética tuvo el origen que le permitió evolucionar hacia el notable nivel de revelación iniciática que hoy se puede descubrir en sus tratados. No tratándose del Egipto de los faraones, en el cual este desarrollo logró su crecimiento, sino en el Egipto de los Ptolomeos, a partir de un importante grado de helenización sobre una base egipcia con una destacada afluencia de diferentes culturas, centralizado en una ciudad: Alejandría.
Apócrifos de la infancia (ev. armenio X, 10-23)
Los sacerdotes de Zoroastro en la culta Persia lograron la fundada reputación de poseer los profundos conocimientos de la sabiduría secreta. Llamados Magi presidían las ceremonias religiosas, interpretaban augurios y sueños, así como estudiaban las estrellas.
Los evangelios apócrifos de la infancia armenios hacen referencia a la llegada de tres de estos Magi oriundos de Persia, portando consigo un libro para entregar en obsequio. Sosteniendo frente a Herodes, que el propósito de su viaje era entregar al niño un testimonio escrito por Dios, siendo entregado a Adán, firmado y sellado con la mano de Dios, y que sus antepasados habían guardado de padres a hijos y de generación en generación, y ninguna nación fuera de la ellos tenía conocimiento directo ni indirecto de él. Habiendo sido encontrado por los Magi, en salones especiales.
Según continúa el apócrifo, el rey Melkon tomó el libro del Testamento que conservaba en su casa como legado precioso de sus antepasados y se lo presentó al niño.
En 1118 parte una orden de nueve caballeros conducidos por Hugo de Payns, jefe de la misión, al que Bernardo conocía bien, como oficial del conde de Champgne, el otro, su propio tío, también cisterciense, Andrés de Montbard.
Si bien no están allí para entrar en acción ocupan el emplazamiento del Templo de Salomón y terminan siendo los únicos ocupantes. Desescombran las cuadras subterráneas... ¡Cuánto espacio para nueve caballeros pobres! Este misterio tiene una sola explicación: los nueve caballeros no han venido solamente para proteger a los peregrinos, sino para encontrar, guardar, sacar alguna cosa de especial importancia, sagrada importancia que se encuentra justamente en el emplazamiento mencionado: el arca de la alianza y las tablas de la ley.
Evidentemente nos gustaría saber cuál fue el “equipaje” de los caballeros que más tarde se presentan en Troyes ante el concilio ¿Han depositado en Claraval o en el Cister los documentos traídos, las tablas de la ley o copias de ellas?
Renacimiento y figuras notables
El Hermetismo ascendiendo desde sus profundas raíces alejandrinas alcanzó con llamativa importancia uno de sus máximos exponentes durante y a partir del "renascentes litterae" (restauración de las letras) o periodo conocido como el renacimiento, a partir de un resurgimiento del neoplatonismo, el redescubrimiento de toda la tradición hermética misma con sus textos y la adopción cristiana de la Cábala.
Todos cambios fundamentalmente como parte del triunfo del Humanismo que por el año
1450 dominaba y se profundizaba en la cultura italiana para luego difundirse al norte de los Alpes.
El Renacimiento se puede entender como la culminación de un proceso que comienza en la época anterior; mas no supone, una ruptura radical con el Medioevo. El renacentismo, en todas sus manifestaciones, al tiempo que avanza hacia una revalorización de la Antigüedad clásica opera una revisión del mundo medieval, convirtiéndose en un ciclo agudamente crítico que se diferencia claramente del período precedente
De entre los modelos de la Sabiduría tradicional, el de la Cábala Hermético Cristiana fue inspirador del verdadero Renacimiento del s. XV; el cual, remontándose a las fuentes medievales y de la antigüedad se difunde hasta el s. XVII, expresando a través del lenguaje de los símbolos, intermediarios del conocimiento, la armonía existente entre las formas tradicionales, egipcia, hebrea, griega, cristiano–latina y árabe.
Tiempos aquellos alimentados por el espíritu de la concordia, generador de una luz que, por situarse más allá de los caracteres que reviste cada una de aquellas formas las armoniza en un todo, desde el que las formas particulares de cada una de ellas quedan legitimadas. Convirtiéndose así en libre expresión de una realidad verdadera, que las ciencias y las artes contribuían a expresar, pues eran reconocidas como transmisoras de las musas. Luces indicadoras que flanquean el camino de retorno de los seres hacia sí mismos, hasta su verdadero origen primordial.
Modelo que cristalizó en Florencia donde MARSILIO FICINO y JUAN PICO DE LA MIRÁNDOLA, dando curso a la traducción y al diálogo, vierten la antigua sabiduría egipcia, hebrea y griega al latín, demostrando los nombres diversos con los que cada tradición se refiere a los mismos Principios.
Entre 1641 y 1620, comienza en Europa lo que se llamó movimiento Rosacruz, las paredes de Alemania aparecieron empapeladas con folletos y propaganda haciendo referencia a tres manifiestos salidos de las mentes más brillantes del momento: La Fama Fraternitatis, La Confessio y Las Bodas Químicas.
A diferencia de la leyenda estos extraños textos no nacen bruscamente y al azar escritos por un solo hombre, sino que reflejan la aspiración espiritual de un grupo que lleva lo más lejos posible el compromiso con la realidad circundante. No son ensoñaciones de mentes alteradas o patrañas de mitificadores sino que son el eco de unos hombres que queriendo hacer oír sus voces proponen una variación en los estamentos intelectuales y espirituales del momento aunque también permanecen apartados observando el secreto iniciático, que respetan en grado sumo al saber que sus vías no son visibles ni comunicables.
Es en el sentido hermético en el que estos escritos superponen la trama de los acontecimientos contemporáneos a los cuales debían enfrentarse.
Hermes siendo antiguo dios logra desde lo remoto de los tiempos representar el Arquetipo de la deidad en el plano intermediario, y a partir del conocimiento establecer mediante la enseñanza, la comunicación con los más altos estamentos de la cosmogonía. De esta forma sus revelaciones forman una tradición compleja que incitan y llevan al hombre a un despertar para buscar la propia libertad mediante el profundo conocimiento de uno mismo reflejo del universo y es este mismo conocimiento, lo que obliga constantemente al Aprendiz a constatar lo que sucede en el itinerario de su propio camino, en su ser interno, es decir en su Iniciación.
Tal es el caso del CORPUS HERMETICUM, conjunto de libros sagrados emanados de la corriente de pensamiento tradicional que se coloca bajo la advocación del Dios Hermes, o Hermes Trimegisto, deidad grecoegipcia, considerada como el dios de la Palabra (Verbo, Logos), de la Enseñanza y gran iniciador en los Misterios de la Cosmogonía, psicopompo, cuyo patronazgo se extiende desde los primeros siglos de nuestra era por el mundo mediterráneo, teniendo su núcleo de irradiación en Alejandría, hasta nuestros días, en todo lo que puede considerarse el Occidente o su área de influencia cultural.
Urartu es una logia que busca encontrar en el Hermetismo un camino integral en el cual ciencia y conciencia marchen al unísono, y encuentra en la Orden de los Caballeros del Temple un ideal caballeresco en donde fuerza y sabiduría son aplicados en pos de una formación ética y moral capaz de llevar a cabo una tarea de reconciliación entre la sabiduría hermética, los últimos avances científicos, y una forma de ser basada en la dignidad que da el conocimiento aplicado a la virtud.
¿Cómo se llegó a formar la Logia Urartu? Indagando en sus orígenes y cimientos es posible ver una unidad en la contradicción. Somos un amalgama constante entre nuestro origen Armenio y el Universalismo Masónico que pregonamos, por eso algunos hermanos masones de origen Armenio, pero de alma y pensamiento Universalista y bajo el lema de buscar en el amor a la sabiduría la suprema sabiduría del amor decidimos comenzar un nuevo camino con un principio básico que es la búsqueda de la sabiduría para el gozo del espíritu.
"Que nadie entre aquí sin conocer el lenguaje de la geometría sagrada."
Esta era la advertencia que apartaba de la escuela de Platón a los simples oyentes que no lograban entender los principios matemáticos que permiten la medida interior de la creación manifestada o mundo fenoménico, a aquellos no preparados a pensar por sí mismos, a aquellos no dispuestos a la vida basada en el conocimiento y la razón sin límites.
Sabiendo que la visión contemporánea de la Teoría de Campos de Fuerza, de Mecánica de Ondas y Cuántica, y Teoría de las Cuerdas están íntimamente relacionadas con la visión antigua geométrico-armónica del orden universal como configuración de esquemas de ondas entretejidas se revaloriza por completo la función de la geometría como base de una nueva ciencia que sea una con la conciencia. Este es el basamento que propugna la Logia Urartu un NUEVO VIEJO Esoterismo que basándose en la cadena dorada renueve y hermane la Teoría en la cual Ciencia y Conciencia, juntas, marchen en pos de la búsqueda del HIPERÁNTROPO, no sólo en su desarrollo espiritual sino también en su desarrollo genético. Por ello nos basamos en la GEOMETRÍA SAGRADA, pues ésta reconstruye el desarrollo de cada forma a partir de otra anterior.
Es una logia masónica de origen armenio y pensamiento universalista.
Es panteísta regularmente constituida y respetuosa de las antiguas constituciones de la orden, de allí su espiritualidad
Es hermétista, de ello reconoce incaludicablemente como libro de referencia al Corpus Hermeticum.
Es aristocrática y cientifista dado que ciencia y conciencia confirman la exploración de un conocimiento superior. Investigamos la naturaleza como destino, y profesamos como búsqueda fundamental el mecanismo de encontrar en el amor a la sabiduría la suprema sabiduría del amor.
La Logia Uratú se retroalimenta de su símbolo, su más bello emblema. Su cruz compuesta de cuatro taus y sostenida por un águila y un león representa en ella el vuelo y la fuerza que caracteriza nuestra logia.
La Logia Urartú profesa como sus dos pilares fundacionales la coherencia y la originalidad, dos columnas que ayudan a fortificar la búsqueda del conocimiento.
Así como en la orden masónica hay un árbol simbólico que es la acacia, símbolo de lo incorruptible, los hermanos de Urartú tenemos nuestro árbol simbólico que es el sauco; Gustav Meyrink lo define en "El dominico blanco" de la siguiente manera: "Es el árbol que en el paraíso llamaban el árbol de la vida, aún hoy dicen que tiene virtudes mágicas. Córtale las ramas, la copa, la raíz, y métela al revés en la tierra y he aquí que lo que era copa se transformara en raíz, y lo que era raíz en copa. Tan íntima es su compenetración del yo y el tú en cada una de sus células". Ésta es también la estructura del pensamiento de Urartú, que propende como su escudo dice al honor, a la dignidad y al valor.
Su saludo fraterno es el romano.
El puño cerrado sobre el corazón simboliza la fuerza y el amor que nos debemos a la logia.
Urartú es una logia que encuentra en el hermetismo un camino integral en el cual ciencia y conciencia marchen al unísono y forjen con fuerza todo conocimiento bajo una formación ética y moral capaz de llevar a cabo una tarea de reconciliación entre la sabiduría hermética, los últimos avances científicos, y una forma de ser basada en la dignidad que da el conocimiento aplicado a la virtud.
Indagando en nuestros orígenes y cimientos es posible ver una unidad en la contradicción, somos una amalgama constante entre nuestro origen armenio y el universalismo masónico que pregonamos. La premisa básica que proseguimos es la búsqueda de la sabiduría para el gozo del espíritu, ser urartiano significa ser obrero de uno mismo y de lo divino que hay en uno, por ello conciliamos en nuestra búsqueda lo esotérico y lo científico, pensamos que la conquista del espacio exterior es al mismo tiempo una reconquista del espacio interior.
Lo que está abajo es como lo que está arriba, la antigua filosofía hermética renace en la extrema modernidad, basta con tener suficiente sensibilidad espiritual para captar este renacimiento, la ciencia se está volviendo nuevamente Gnosis.
Los uratianos creemos que se puede ser espiritualista y estar a favor del progreso, del conocimiento y de la técnica. Por eso buscamos un camino prometeico no esperando nada que no surja de nosotros mismos. Un detalle invalorable a tener en cuenta, el hombre antiguo pensaba que el alma no es un dato, que se adquiría ejercitando la virtud. El hombre antiguo estaba acertado, así como no hay amor sin voluntad de amor, no hay una guía interior sin la voluntad de tener una guía interior. Todos tenemos un grano de alma, pero no todos lo hacemos germinar, los hombres para quienes hacer germinar ese grano es todo, son poco numerosos.
Los hombre de alma, son artesanos de eternidad.
El hombre antiguo colocaba en primer plano las virtudes cívicas, la fuerza de carácter y la capacidad de tener dentro de sí algo que merezca nuestro propio secreto. Una nobleza intima, digamos esa cosa misteriosa, inalcanzable, indestructible, ¡¡LA CALIDAD!!
En Urartú tenemos un sentido de la sagrado y una idea de la sabiduría bien definidos ya que no es lo mismo. También nos interesamos en los estados místicos, por que revelan efectos insospechados del espíritu en el cuerpo.
Creemos que una aguda fisiología de los estados místicos ayudaría a descubrir las posibilidades del cerebro, pues concebimos que el cerebro humano es una maqueta del universo, que dentro de él está todo lo conocible.
La prueba más evidente es el desarrollo brusco y considerable de la antropología, de la biología y de la astrofísica. Es extraordinario constatar que nuestro contemporáneo tiene miras cada vez más cortas, mientras el ojo de la humanidad percibe cosas cada vez más amplias.
Los urartianos propugnamos una ARISTOCRACIA en el sentido completo de la palabra. Buscamos ser los mejores en libertad, y en ese sentido tomamos la definición de aristocracia en la sublime sentencia de Blanc de Saint-Bonnet: "La libertad, ese poder de ser causa, esa facultad del mérito"
El sentido aristocrático es el sentido de la distinción, con esto queremos significar la capacidad de distinguir a los seres en su diversidad y la disparidad de su valor.
Aristócrata es aquel que se guía sobre la base de cierta idea de la calidad del hombre, que celebra la belleza, la fuerza, la energía, la voluntad y el poder de construirse a sí mismo, de hacer con la vida un pacto de no agresión y con el cosmos un pacto de dominio.
A todos los hermanos intentamos proyectar el ideal en que "LA LIBERTAD DEL PENSAMIENTO ES LA MAS ORGULLOSA ARISTOCRACIA".
He aquí que en nuestro caso, la sabiduría es el único egoísmo permitido, ya que el grado de saber de un hombre está en función del grado de su ser.
Tomar al aristocratismo como modelo para emular es poseer una civilización interior, por ello somos una logia hermética orgullosamente definida como tal.
Nuestra tarea es: BUSCAR LA VERDAD COMO GUIA O REGLA PARA LA ACCIÓN, COMO EL CRITERIO QUE LA AJUSTA Y RECTIFICA DE MANERA QUE LA MISMA VERDAD UNA VEZ RECONOCIDA Y APROPIADA SE EXPRESE EN IDEAL INSPIRADOR DE UNA LABOR DIGNA EN ACTIVIDAD UTIL Y FECUNDA, EN UNA OBRA HERMOSA QUE A LA VEZ SATISFAGA LA MENTE Y EL CORAZÓN.
He aquí nuestra esencia como urartianos y como filosofía iniciática, la cual se adquiere y practica para elevar, ennoblecer y purificar la acción añadiéndole virtud y poder.
Nos encontramos unidos por la meritocracia del conocimiento y esperamos lograr ser ejemplo de dignidad y hogar placentero de sabiduría hermética.
Clarificar, simplificar y enriquecer la profundidad es nuestro trabajo, ya que el espíritu libre va a las realidad esenciales de un modo natural, pues creemos que el hombre será esto o lo otro, pero por sobre todo es el dialogo entre su perfección ya existente y sus imperfecciones, esto es lo más puro que nos da Urartú.
El hombre del mundo secular no es un hombre realizado. No es más que semilla de hombre que será barrida a menos que encuentre un terreno propicio para germinar.
Mediante el estudio de la hermenéutica, como también de la alta ciencia, mal llamada magia, nos adentramos en el algebra de las ideas, y por medio del simbolismo investigamos los mecanismo del pensamiento analógico como alternativa de análisis y síntesis. Hacemos una apuesta a la inteligencia por encima de la mística, y a la especulación por encima de la fe.
El hermetismo urartiano posee una visión original, esta visión desarrollada en términos a la vez claros y eruditos dispone de un sistema filosófico sólido, una psicología , una cosmogonía, una ética y una estética fuertemente entrelazadas, las que en su expresión occidental propone un nuevo orden y por sobre todo, un nuevo orden basado en la revolución evolucionaria.
Por lo tanto, el uratiano entiende que el gran arquitecto no está situado en un punto cualquiera del espacio material o psíquico: No se puede acceder a él mediante una ascensión determinada, pero la noción de ascensión puede ser un estimulante necesario, una base de búsqueda muy fecunda, éste es el camino del esoterismo urartiano.
Los verdaderos esoteristas no son semi sabios exaltados, sino ingenieros, físicos y químicos de lo invisible.
Es por ello que aquí conviene presentar una somera explicación del símbolo urartiano en su forma y esencia.
Comencemos explicando que el zodiaco expuesto en la cruz tiene su principio en el signo de Leo. La estrella más brillante de la constelación de Leo es Regulus, que proviene del latín Rex o Rey. En la india era conocido como el todo poderoso, el gran uno. Para Persia la estrella del centro.
Regulus es conocida como una de las cuatro estrellas reales junto con Aldebarán, Fomalhaut y Antares, pertenecientes cada una de ellas a las constelaciones de Tauro, Acuario y Escorpio respectivamente.
Las cuatro estrellas con consideradas las centinelas de los cielos que vigilan el resto de las estrellas formando la cruz fija, que en nosotros está representada en una doble esvástica centrifuga y centrípeta. Todos conocemos los cuatro elementos, o cuatro estados de la materia que forman dicha cruz, estos son tierra, agua, aire y fuego, cuatro estados de la materia en tres ritmos: cardinal, fijo y mutable. Tres variaciones del movimiento en consecuencia cuatro por tres doce.
Un dato importante que nos diferencia de otras escuelas esotéricas, es que al contrario de lo expresado por medio de abundante bibliografía, en la generalidad del pensamiento astrológico, la energía entra por los signos fijos, más precisamente por el signo de Leo, es decir que el ciclo comienza por Leo y no por Aries como se indica frecuentemente.
A PARTIR DE ESTA PREMISA COBRAN SIGNIFICADOS LOS ATRIBUTOS ASIGNADOS POR LOS ANTIGUOS Y POR NOSOTROS A LA ESTRELLA REGULUS, REFLEJO DEL GRAN UNO, CORAZÓN DEL SIGNO REAL DE LEO, PUES ES REGULUS EL REY DONDE ANIDA LA PARTICULA REFLEJO DEL ESPIRITU UNIVERSAL.
Por ello los hermanos de Urartú, tomamos su simbolismo, siempre protegido por el águila y el león, símbolos del vuelo espiritual y la fuerza terrenal, y estamos seguros que en algún mañana no muy lejano estaremos hermanados en la aristocracia, en la coherencia y en la originalidad, el basamento fundamental que nos dan sentido y capacidad de elevación.